domingo, 9 de febrero de 2014

El bus urbano

São Paulo tiene once millones de habitantes  y una gran mayoría de ellos utiliza diariamente el coche para sus desplazamientos. ¿El resultado? Atascos monumentales en hora punta.  Por eso creo que se debería incentivar más el uso del autobús, un medio ecológico,  accesible a todo el mundo y que ayudaría a descongestionar la ciudad. En el último año se han habilitado carril bus por varias zonas de la ciudad, lo que es un avance considerable. Sin embargo, el estado de la calzada, la señalización de las paradas... hacen que desplazarse diariamente en bus sea toda una aventura.

Para empezar, si encuentras una parada bien indicada con marquesina incluida estás de suerte.  Es bastante común ver un poste de madera donde primero tienes que intuir que es un punto de bus y después adivinar que líneas  pasan por allí ya que no hay ningún tipo de señalización. Además, hay que estar muy atento a los buses que llegan porque si nadie  va a apearse, pasan de largo. Ya desde que lo ves venir de lejos hay que empezar a  hacer señas con la mano. 

Cuando ya por fin emprendes el viaje,  hay que tener cuidado porque la calzada está llena de baches y los conductores no se esfuerzan por evitarlos, lo que hace difícil mantener el equilibrio dentro del bus. Complicado concentrarse en la lectura de un libro para matar el rato sin marearse. Además, no cuentan con aire acondicionado y en épocas de calor como por la que estamos pasando ahora, es recomendable llevar un abanico en la mano y procurar encontrar sitio para sentarse cerca de la ventana. 


Otra cosa que me sorprendió la primera vez que me monté es que una vez dentro para pagar tienes que pasar un torno como el del metro. Es bastante incómodo, ya que el espacio para pasar es muy pequeño. Al lado del torno, se encuentra siempre el cobrador. En Brasil hay mucha mano de obra y las tareas que desempeñan los trabajadores son muy concretas; por eso no es de extrañar que cada autobús tenga dos empleados: uno que solo conduce y otro que solo cobra.  

Yo voy en bus habitualmente pero por suerte lo cojo en la primera parada, siempre tengo sitio para sentarme y voy carril bus durante prácticamente todo el trayecto  ¡Hasta el momento he sobrevivido! Eso sí, esto hace aprender a valorar más las cosas… Si tuviéramos aquí el nivel de servicio de la EMT, ya no me quejaría por las huelgas.

 Ah! Y por último decir que el coste del trayecto es el mismo en España que aquí. Increíblemente, cada viaje cuesta 3 reales (1euro!), y ya existen rumores de que aumentará para la copa del mundo…


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